Sunday, May 16, 2010

HOMENAJE A LA PLANCHA.

Por
Mario Rodriguez


La balada romántica es un género musical latinoamericano sin atribución a ningún país en especial aparecido la década del sesenta. La balada romántica se define como una canción de amor de tempo lento, interpretada por un cantante, solista generalmente, acompañado de una orquesta. La balada y el bolero suelen confundirse y registrarse en una u otra categoría sin demasiadas precisiones. La distinción entre una y otra esta fundamentalmente referida a una mayor sofisticación y un lenguaje más metafórico y sutil del bolero frente a una expresividad más directa.

Chico Navarro se refiere a este respecto de la siguiente manera: “el bolero rendía culto a un discurso amoroso remanado. Yo quise sacarlo de ahí y busqué evitar exageraciones”. La balada puede pues ser concebida en su forma más amplia como una forma muy latinoamericana de expresar la sensibilidad común ante los sentimientos y situaciones del diario vivir con un lenguaje simple y al alcance popular.

La balada romántica encuentra su origen en el bolero latinoamericano de los años 50’s, donde interpretes como “Lucho Gatica” y “Leo Marini” junto con la canción romántica italiana y francesa, la cual incluye entre sus mayores exponentes a “Nichola Di Bari” y “Charles Aznavour” respectivamente, influencian la creación de éste nuevo género musical en Latinoamérica. En 1961 se registra la primera balada romántica, la cual es interpretada por el señor Mario Álvarez y cuyo nombre es “sonata de amor”. En 1965, Armando Manzanero da a conocer su primera balada, “pobres besos míos”.

La década del 60 fue una época donde la balada se fortaleció desde el punto de vista género, para que ya en los 70’s alcanzara su esplendor con artistas de muchas partes de Europa, sur y centro América y Estados Unidos. De España podemos citar a Raphael, Camilo Sesto, Manolo Otero, Miguel Gallardo, José Vélez, Dyango, Nino Bravo, Julio Iglesias, los Amaya, Juan Erasmo Mochi, Berti Osborne, Roció Durcal, Roció Jurado, Lolita y Lola Beltrán entre muchos otros que escucharemos luego. De Francia encontramos artistas tales como Joe Dassin, Charles Asnavour, Franco Simone y Demis Rousos entre los más destacados. De Italia tenemos figuras como Nichola Di Bari, Gigliola Cinceti, Sandro Giacobbe y Domenico Modugno para nombrar solo unos cuantos. Y como olvidarnos de Inglaterra con el famosísimo Albert Hammond.

En Latinoamérica encontramos un sinfín de grandes artistas, Leonardo Favio, Amanda Miguel, Diego Verdaguer, Sandro, El grupo pimpinela, Roberto Carlos, Rudy Márquez, Rudy la Escala, Ricardo Montaner, Franco De Vita, Myriam Hernández, Tranzas, Juan Fernando Velasco, Gianmarco Zignago, Adriana Mezzadri, Tania Libertad, Luis Enrique, Shery, Ricardo Arjona, Ángela Carrasco, Sonia Silvestre, Chayanne, Ana Gabriel, Juan Gabriel, Luis Fonsi, Gervasio, Natalia Oreiro, Fausto, Oscar Golden, Claudia de Colombia, Jerónimo, Carmenza Duque, Billy Pontoni, Basilio, Armando Manzanero, Crystal, Danny Rivera, José Feliciano, Cesar Acosta, Lupita Dalecio, José José.

Ya para finales de la década de los 90, estas melodías se habían convertido en clásicos del ayer, las emisoras radiales, en este caso colombianas, se habían especializado por épocas dejando así pues “corazón am, amor estéreo” por citar solo dos, estaciones donde se podía escuchar toda ésta música. La expresión “música de planchar” apareció a finales de los 90’s y se fortaleció en su contexto en el siglo XXI, ya que la invasión musical, los tratados de libre comercio y la globalización pero sobre todo el internet abrieron las puertas a un sinfín de posibilidades musicales más actuales, relegando así todas esas hermosas melodías a un quehacer más específico, planchar, hacer oficio o ponerse a arreglar las casa. Esa era la tradición de nuestras madres, poner toda esta música y al ritmo de “queriiiiiidaaaaaaaa, dime cuando tu, dime cuando tu, dime cuando tu vas a volveeeeeeeeeer” y “oyendo esa música vieja recuerdo el pasado” se pasaba el tiempo.

Recuerdo que en 1997 o 1998, en una radio emisora en Bogotá, Radioactiva, muy popular entre la comunidad adolescente de esa época, o sea nosotros, se pasaba formalmente, una franja llamada la hora de la plancha, donde se podía escuchar a todos los artistas mencionados anteriormente. La aceptación fue total, solo una horita diaria de cinco a seis o de seis a siete, no me acuerdo, pero fue un boom. Todo el mundo lo disfrutaba porque fue una forma de conectar el pasado de los “cuchos” con el presente, la juventud. Al principio muchos se reían, uuuyyyy que boleta, pero después las letras y las melodías empezaron a tocar corazones. Algo así como que pasamos del escarnio Publio y el voyerismo a la autoconciencia y el disfrute personal de aquellas baladas.

Recuerdo muy bien y creo que todavía existe en Bogotá y en algunas ciudades del país, establecimientos dedicados a poner música de este género y para el asombro de muchos, son bastantes los jóvenes que se sientan a beber al ritmo de Leo Dan, Juan Gabriel, Mocedades, José Luis Perales y Miguel Bose.



Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Balada_rom%C3%A1ntica, 2010.

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