Thursday, March 18, 2010

Escenario 57's opening

Que se abra el telón, y pasados ya de las nueve algo más de cinco minutos, la música ambiental dejo ambientar. Los murmullos se fueron compactando lentamente en un sólido silencio que invito a la palabra para ser venerada, aplaudida, sentida, llorada, querida y en especial escuchada. La obertura se llevo los aplausos del público después de una soberbia interpretación de “el courre” de Johann Sebastian Bach en mi menor para guitarra clásica a cargo de la bogotana Mayra Chaves. La complejidad de esta pieza musical dejo perplejo al oído asistente que después de ser seducido por la armónica vibración de aquellas seis locas cuerdas, exploto en aplausos y ovaciones. El inicio no puedo ser mejor. Fue entonces que los corazones se empezaron a dejar seducir por la magia de la música y la razón se dispuso a instaurarse en puestos distantes de reflexión con asombro y expectación.


El culto al arte prosiguió con las lecturas de cartas dedicadas a la vida. Cartas que sin tener un remitente fijo ni mucho menos un destinatario definido empaparon el ambiente de erotismo, amor, lujurias olvidadas y heridas accidentales. Los versos que según el orador, fueron escritos como forma de desahogar su espíritu inquieto y demencia cíclica, fueron una muestra más de la potencia del verbo cuando este se decide a ser acción. “te vi durmiendo”; “propuesta”; “un día” y “si hubiera sido diferente” fueron algunos de los títulos compartidos por primera vez en público por el escritor de anécdotas Mario Rodríguez. Su drama, su vínculo directo con el papel, el verso y sus emociones, atraco los sentidos de los escuchas quienes notaron en las expresiones del lector, las marcas evidentes de saber que en esos versos existe mucha más realidad que ficción. La comedia siguió al drama con el humor tan particular y de exquisita calidad del joven comediante Nolan Bohórquez. Quince minutos de intervención dejaron al púbico asistente con la carcajada a flor de piel y más de un calambre abdominal.

Hablar de tertulia CAUSA 2010 sin involucrar el nombre de este hombre sería algo como concebir a la misma CAUSA sin único sinónimo, sin su sinergia más agónica o sin su C de Caicedonia y Colombia. William Gómez, el maestro de la poesía, del folklor tradicional y de versos tan profundos como “esos no son guapos, guapa mi madre, ella sí que era guapa” o tal vez “deje que le chante un beso en la trompa mama hermosa, que estoy feliz, me echaron del puesto” fueron puestos en escena para cautivar a los presentes y desgajar algunas lagrimas. Poemas tales como “el beso”; “el duelo del mayoral”; “el borracho”, entre otros, desgarraron memorias refundidas de un pasado casi olvidado que volvió a ser revivido en los corazones de decenas de compatriotas reunidos al son del fervor por ayudar a los demás. Una vez más lágrimas, aplausos, pero sobretodo mas lagrimas fueron la firma colectiva de los espectadores, que sin nada más que ofrecer que un aplauso para el artista, quisieron abrazarle y sentirle la existencia. Aquel poeta, que parecía como iluminado por la Calíope, resplandecía con su sabia mirada y potente cintura aunque en realidad era su aura, la de color blanco ayuda, la que le hizo brillar.

La prosa, la rima y la melodía tomaron forma con el compas inconfundible del maestro Hernán Mosquera, quien ataco al tumulto de amigos con lo mejor de la música latinoamericana, empezando por Brasil con bossa nova y terminando en la sierra maestra con Silvio y Milanés. Se recorrió así pues nuestra hermosa América de sur a norte sin dejar que las palmas lo dejaran de acompañar y que las voces de los presentes pararan de corear sus canciones. Su magistral forma de interpretar la guitarra y su particular estilo de poner en el ambiente las letras de las canciones hicieron sin duda alguna, que el maestro Hernán fuera uno de los artistas más apetecidos de la noche.

El turno siguiente fue para los asistentes. El micrófono quedo abierto para que cualquiera que se sintiera inspirado a participar así lo hiciera. Así fue como se inicio la sección de los esporádicos; la primera participación fue la del señor Edward Correa, líder comunitario quien se acerco a compartirnos algo de sus experiencias y propuestas. Su principal idea se relaciono con la jornada denominada “El poder de uno por Chile”. Este será un espacio que reunirá a toda la comunidad interesada en darles una mano de ayuda a nuestros hermanos de Chile. El micrófono fue cedido al Julián Gómez, integrante de CAUSA. Su poesía lleno el recinto de imágenes fuertes que con palabras suaves nos dejaron imaginar la historia de un niño que se metía el pavimento en la cara después de una caída de ocho pisos, para que acto seguido fuera visto por Diana. Se finalizo la primera tanda con la participación de Miriam Osorio, también integrante de CAUSA, quien leyó algunos de sus poemas más conocidos. El primero de ellos fue “poema sin nombre”; una bella poesía que da al ser amado importancia vital. Su segundo poema fue “el hombre audaz”, hermosa reflexión que destaca los valores del hipotético hombre ideal.

No podía hacer falta la presencia de uno de los líderes de esta jornada artística. Su talento, el que heredo de sus padres y en general de su familia, lo llevo a ser cantante, actor, intrépido gimnasta y excelente dirigente. Administro la presidencia de CAUSA por tres años consecutivos. Se dio a conocer en sus principios en el medio como el charro de plata; sin embargo, su talento que trasciende casi todas las manifestaciones del arte, lo condujeron a la maestría de su voz. Su participación dejo de lado las botas de charro, la chamarra, y la biguela para dar paso a la balada. Sus artistas fueron seleccionados cuidadosamente. Nino Bravo, Ricardo Montaner, Pepe Aguilar y José José. Los temas no fueron de menor importancia. “América”, “solo con un beso”, “amigo mío” y la única e irrepetible “almohada”, fueron las canciones elegidas para hacer uno de los despliegues vocales más atrevidos y audaces de los últimos tiempos. La respuesta del público asistente no podía ser otra diferente a la de aplausos y el tan merecidísimo “otra, otra, otra.” Juan Osorio fue el protagonista de una de las intervenciones más destacadas de la noche. Su atrevimiento, como el mismo lo llamo, no paro allí, llamo al escenario a Mayra Chaves para evocar los días de “en el jardín” cuando Alejandro Fernández hacia su ingreso estelar al mundo la balada pop acompañado por Gloria Estefan, por allá a finales de la década de los 90. También invito al maestro Hernán Mosquera y relució su polifacética voz con un bolero ranchero desconectado, “pa todo el año” del maestro José Alfredo Jiménez, robándose de una vez por todas el corazón de los asistentes y dejando sin palabras a quienes nunca le habían visto en esa nueva faceta de su carrera artística.

El turno siguiente fue para una de las figuras caicedonitas y por ende colombianas más reconocidas a nivel internacional. Sus obras han sido expuestas en muchas partes del mundo incluyendo el mismo club Colombia en Dover NJ. Su intervención fue crucial, su propuesta fue clara y concisa. “Vamos verde, más ecológicos”. Si no hay un cambio radical de actitud, no tendremos futuro. Su llamado, directo a nuestras conciencias, nos pidió volver a los días de antaño donde el amor y el respeto por la naturaleza nos permitían vivir en paz, sin tanta guerra y más salud. El maestro Rivas nos dejo el pensamiento irresoluto con su forma tan profunda de abordar la ecología. Trajo a la mesa masacres contra la madre naturaleza y en especial contra los seres vivos, tal vez más inteligentes de este planeta, los delfines. Esos que desde la profundidad del agua se cuestionan y solamente pueden concluir que acá afuera vivimos los que tenemos que matar por un trozo de pan, los que tenemos que pedir permiso para caminar por una tierra que nos pertenece a todos y los que vivimos obsesionados con la maldición de acumular y acumular disque para vivir supuestamente en mejores condiciones, sin saber que al final del paseo todos salimos igual de fríos, pálidos y tiesos.

La noche fue entonces de los cesares. Cesar Acosta, excelente cantante nos deleito con las letras de canciones como, “por ese palpitar, que tiene tu mirar, yo puedo presentir que tú debes sufrir…” de nuestro ya fallecido Sandro de América. También revivió a Beto Fernán, Juan Gabriel, Leonardo Favio, y tantos otros artistas de los 70’s y 80’s., que se han vuelto con cada nuevo año de vida en clásicos de la plancha, el ron y el despecho.

El cierre estuvo a cargo del artista Andrés Felipe. Su especialidad, la música popular de despecho, rememoro artistas como Palito Ortega, Johnny Rivera, Olimpo Cárdenas, y el infaltable Vicente Fernández. Andrés tuvo la camaradería de atender el pedido personal de un amigo de CAUSA. La noche de TERTULIA, se consagro a este punto del evento, cuando gracias a las musas asistentes, locas y ebrias ya de ir venir con cada artista, dejaron que la reconciliación, el afecto escondido y las nuevas oportunidades se dieran. Y hacemos una especial distinción de este momento de la noche, porque para CAUSA es muy importante ser un canal de reencuentro y renovación. Así pues la bohemia se apodero de todo el círculo de amistades y se dio paso a las dedicatorias y también a las demostraciones de amor. Nunca es tarde para decir a quienes amamos que los amamos. Cesar Camargo, tomo el micrófono y abrió su corazón a los asistentes dejándonos conocer el regocijo albergado en su alma al poder estar compartiendo con su padre algo de la demencia y la felicidad de la tertulia CAUSA 2010. Andrés Felipe cumplió el llamado de su amigo y nos robo algo de llanto. “Cuando quería ser grande” fue el tema que abrió el segmento de nuestro invitado final, una hermosa poesía que elogia la vida de esos locos viejitos que nos ensenaron a vivir. Para quienes tenemos la bendición de tenerlos vivos y para aquellos que ya los vieron partir, fue un momento muy especial.

El micrófono volvió a ser del público y allí fue donde encontramos una esporádica que nos invito a la reflexión al igual que el maestro Rivas. Su idea, simple y básica, cubrió el tópico de la caridad. Elsa, más conocida como la compatriota, nos expuso un tema que solo es posible aprender a través de la piel, a través de la vida y que en muchos casos solo se aprende cuando ya no hay nada que hacer al respecto. Es más saludable dar que recibir, es mejor compartir que acumular, es más altruista ofrecer que solicitar y se es más feliz en lo sencillo que en lo complejo. De que nos sirve tener excesos que se subutilizan mientras hay tantos subutilizados que son excedidos por la abundante escasez de recursos. De que nos sirve lucir pulcros y bellos mientras tenemos hermanos que mueren de hambre, que lo pierden todo de la noche a la mañana, que amanecen cada día jugando a las escondidas con la miseria para no ser encontrados o peor aún, para no tener que salir a buscarla. Su mensaje, profundo como la misma distancia que separa la sima de la cima, nos exigió dejar lo material, y no como lema religioso o campana política, sino como alternativa de vida. Señores hay que dar, hay que compartir, tenemos que romper con ese yugo que nos ha lapidado desde siempre como tercer mundistas, tenemos que quebrar esa cadena que nos limita el correr, el caminar y porque no el volar, tenemos que acabar con esa actitud egoísta de ver las cosas y escucharlas como si fueran cosas de los demás, de gente extraña, de países distantes y tierras de nunca jamás donde no seremos invitados o a donde muy seguramente no iremos nunca.

Nos concretaremos en la posibilidad de ser reales y verdaderos para así empezar a paso firme, aunque corto y lento, la construcción de un espacio de alternación cultural y renovación social que vincule la tradición con la nueva era y la rutina con la cortina, para que como dije al principio de mi redacción, se abra el telón.

A todos los miembros del comité ejecutivo de CAUSA, muchas gracias por su colaboración. En orden de aparición en mi memoria quiero mencionar a Orladiz Cubillos, presidenta de nuestra organización, quien ha sido un motor muy importante para nosotros. En el bar mil gracias a Hernán Alzate y Albeiro Sabas, los duros del margarita y la cuba libre. En las mesas y servicio al cliente Stella Camargo, Luisa Ramírez, Myriam Gómez, Adriana Osorio y Orladiz Cubillos. En el departamento de producción, Julián Gómez, quien se encargo del video y la fotografía. En el sonido, arreglo y decoración Juan Osorio, en la logística William Gómez y en el papel con el lápiz su servidor Mario Rodríguez. A todos los demás colaboradores mil y mil gracias por su participación y a la Alegría, un sinfín de razones para quererle más. Es que esta vida sin alegría seria solo tristeza o quién sabe, a lo mejor simpleza.

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